El cine venezolano cuenta
con 120 años, desde sus inicios hasta hoy en día esta industria ha
luchado por no perder su vigencia a pesar de las diferentes crisis que se han
presentado a lo largo de nuestra historia. No obstante, el cine de esta tierra
ha tenido una peculiar polémica: "el malandro" como objeto recurrente en casi
todas las películas venezolanas (aunque han surgido nuevas propuestas que han
sido casi icónicas por su escaza explotación, ejemplos son: La casa del fin de los tiempos de 2013,
y Desde allá de 2016).
Negativo o positivo, es un
aspecto que no deja de causar crítica. A finales de los 70s y a partir de los
80s y 90s, son años popularmente conocidos como “La edad de oro” del cine
venezolano, dejando a un lado los inicios o los primeros esfuerzos del ingenio
venezolano por hacer (en el sentido más completo de la palabra) una película
(ejemplos: La Dama de las Cayenas de
1916, Araya de 1959, EFPEUM de 1965). La difusión de estos
datos es casi nula, y en consecuencia, la ausencia de una cultura
cinematográfica brilla en el conocimiento general del venezolano.
Cada periodo, tanto político
y económico en la historia de Venezuela, influenció en la manera de tratar los
temas y los aspectos técnicos de su cine. Y es aquí la relevancia de comparar
“La edad de oro” con los primeros inicios del cine venezolano.
“El
venezolano está cansado de ver siempre lo mismo en su cine (delincuencia,
drogas, corrupción)”
La licenciada En Negocio
Diseño y Comunicación Ensayo, Virginia Maza, en su trabajo sobre “El cine
venezolano (1980-2010) Donde predomina las problemáticas sociales”, comenta que
las películas venezolanas se encuentran “encasilladas” por temas basados en la
realidad del país y sus problemas.
Maza afirmó que aunque el
cine actual apunta a otros temas sensibles, “el público en la actualidad está
cansado de ver siempre lo mismo con un argumento diferente, pero teniendo en
cuenta que las imágenes a ver son, el delincuente, las drogas, la corrupción,
las malas palabras, las putas, la indigencia e infancia abandonada, el abuso de
poder, el maltrato verbal y físico por la violencia de género, el sexo
explícito; estas son algunas de las problemáticas más comunes en las historias
del cine venezolano en los últimos treinta años”.
“Las
películas más vistas y notorias son las del barrio”
Sin embargo, por otra parte,
el director venezolano Marcel Rasquin, alega que el cine nacional ha sido
prejuiciado por abordar los temas del barrio, el cual es para su juicio una
contradicción si se estudian los logros de varias películas de éste género.
“Las películas venezolanas más notorias, más vistas y más
premiadas son, precisamente, las que cuentan con honestidad la crudeza del
barrio: Secuestro
Express, La
hora cero, Macu,
la mujer del policía y Hermano,
por nombrar algunas. Y es que las historias son conflictos, dificultades,
circunstancias adversas que ponen a prueba la condición humana”, afirma
Rasquin.
Finalmente, el director venezolano cuestiona que se hablen
mal de las películas que reflejen esta parte de la realidad del país, pues
“decir que las películas de malandros son malas, es como decir que las
películas de gangsters o
de vaqueros o de soldados o de astronautas, son malas. Hay películas de
astronautas maravillosas, y otras que dan pena. El problema no es el malandro,
o el astronauta; el problema es la historia que ahí se cuenta”.
¿Cómo surge el tema del “malandro” en el
cine venezolano?
Maza argumenta que para entender el cine venezolano es
necesario conocer la historia del país y su relación con ésta industria;
considerando los hechos socioeconómicos, y la política, sumado a la falta de
presupuesto, la predisposición del público, y la falta de interés por mantener
un registro documentado de los primeros indicios del cine venezolano.
En su trabajo, especifica que fue a partir de los años 50s
que apareció la productora Bolívar films, liderando así el espacio
cinematográfico en Venezuela, y a su vez, ofreciendo al público nuevas
propuestas. “Los precursores de las películas de problemática social
surgen de la Mano de los cineastas Román Chalbaud y Clemente de la Cerda (…),
quienes consideraron plasmar en los filmes las distintas situaciones sociales
del país como la marginalidad, el sexo, la delincuencia, la prostitución, las
drogas, la violencia, etc. Donde se mostraba la poca capacidad de dar
soluciones a las diversas condiciones de vida, sólo se reaccionaba ante
situaciones dadas”.
Referencias
http://www.estampas.com/entretenimiento/121021/todas-la-peliculas-venezolanas-son-de-malandros
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/proyectograduacion/archivos/2812.pdf
http://www.eluniversal.com/que-hay/130505/cine-que-sube-cerro
http://www.eluniversal.com/arte-y-entretenimiento/111212/luis-alberto-lamata-el-cine-venezolano-aun-tiene-duendes
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