miércoles, 2 de agosto de 2017

Rómulo Gallegos y la ficción como poético reflejo de la realidad


Rómulo Gallegos fue uno de los escritores venezolanos que más resaltó la literatura nacional, y también la latinoamericana. Su estilo realista es una expresión sublime de la cotidianidad del venezolano del siglo XX. Personajes ficticios que son vistos como espejos de una realidad, nos indica el arte de este escritor por hacer contrastes psicológicos y sociales.


Gallegos ha marcado en sus obras aspectos de la ciudad y el campo, como factores socioculturales en donde se desenvuelven sus personajes. Temas de una sociedad venezolana que habla por sí misma, por sus vivencias del día a día; más que una protesta, una realidad que exige ser vista y discutida.

En el libro Una posición en la vida (1964), Rómulo Gallegos afirma: “no soy un simple creador de casos humanos, puramente, que tanto pueden producirse en mi tierra como en cualquier otra de las que componen la redondez del mundo, sino que apunto hacia lo genérico, característico que como venezolano me duela y me complazca”.

El mismo autor ha sido crítico con el género del realismo, apuntando a que no se encasilla en una posición artística que pretenda copiar los límites de la sociedad, sino que resalta de un modo estimulador lo observado en lo cotidiano.

Ejemplos notables de esta narrativa es Reinaldo Solar (1930), Doña Bárbara (1922) y Cantaclaro (1934), entre otras obras que desglosan un conjunto de temas como el regionalismo y la ciudad, la filosofía política y la religión, el tradicionalismo, la ignorancia y el retraso. Arquetipos que se desprenden de sus personajes.

Dentro de una natural y fluida poética, Gallegos plasma el venezolano ficticio en medio de una tragedia social, que es símbolo de la realidad: período dictatorial de Juan Vicente Gómez, y luego de su muerte, el efecto que causó a la sociedad venezolana.


Sin embargo, nuestro escritor siempre fue vocero retórico en sus obras sobre lo fundamental, la educación y el progreso de lo regional. Y por ello en su novela Doña Bárbara (1922) el personaje Santo Luzardo dice: “algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida”. 

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