domingo, 11 de marzo de 2018

Libros vs Películas



Siempre nos pasa que cuando leemos un libro o vemos una película o serie muy buena, no es de extrañar (muchas veces) que ha sido adaptada. Nuestra curiosidad se incrementa cuando la historia que tenemos en manos aspiramos  a que nunca termine (o al menos, deseamos volverla a “vivir”) y por ello recurrimos a las adaptaciones. Por supuesto, a muchos les pasa lo contrario: ven la adaptación “se enamoran” y terminan comprando la obra que dio pie a todo.


Pero resulta (siempre hay un pero) que terminamos satisfechos (¡genial!) con la adaptación o la obra original, o terminamos despreciando el boleto de cine, o dejando en una dimensión desconocida (para no volverla a ver en la vida) el libro que tanto nos costó encontrar en alguna librería. Sea como fuese el caso, eso sucede…

Sin embargo, queda preguntarse si los libros son mejores que sus adaptaciones o son éstas las que nos han maravillado más. Pero también podemos elegir un libro o una película sin necesidad de hablar de las adaptaciones. Es aquí cuando entra en conflicto estas dos artes que tienen tanto en común.

Una vez leí las siguientes frases: “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Jorge Luis Borges; "El cine es una realidad emocional y, como tal, el espectador la percibe como una segunda realidad”. Andrei Tarkovski. Sin duda ambas gratificantes y complejas, pero… ¿en qué bando quedarse?

“Sigo prefiriendo el papel a su imitación en la pantalla”
Mariana Alonso Cortés, colaboradora en la página Culturamas, no niega que ha sido una lectora y además cinéfila para ver las adaptaciones de sus libros favoritos, pero anticipa que le su favoritismo se orienta hacia el papel.
“Sigo prefiriendo el papel a su imitación en la pantalla. Y reconozco que he visto las películas que se han hecho de muchos de mis libros favoritos y reconozco también que la mayoría, aunque no me han gustado tanto como el libro, (cosas de leer primero y ver después, ya sabéis), sí me han hecho repetir varias veces. Aunque luego te preguntan si prefieres el libro o la peli y siempre gana el libro”, comenta Cortés.

Con respecto al tema de que si las adaptaciones no deberían de seguir pues “arruinan” las obras originales, la articulista no cree que sea una posición correcta pues “ya he dicho que es un tema que me interesa, y soy tan adicta al cine como a la literatura, por lo tanto  si el libro me ha gustado voy corriendo a verla, así que no las pararía pero intentaría que no pareciera una historia casi nueva”.

“Los que seáis como yo, de leer primero el libro y ver después la película me entenderéis, y seguro que os ha pasado. Los libros te hacen imaginarte la historia como tú la quieres ver y muchas veces cuando te la cuentan es como si te la hubieran cambiado. Te enamoras de escenas que leerías mil veces que luego en la peli no aparecen, tan importantes para ti como insignificantes para ellos. ¿Y los personajes? Tú tienes a unos en la cabeza que para ti son tan perfectos que no aceptas que sean de otra manera, pero lo serán y alguna vez eso hará que no te guste la película por muy bien hecha que esté”, argumenta Cortés.

“Las películas pueden dar vida a mundos enteros ante nuestros ojos”
 En la columna The Book Addicted Girl, del diario The Guardian, hace un balance equilibrado sobre los libros y las películas, considerando que ambos mundos dan un toque especial a las representaciones.

“Las películas... pueden hacer muchas cosas: dar vida a mundos enteros ante nuestros ojos, convertir a los personajes en seres vivientes que respiran carne y sangre. (…) Las películas nos pueden hacer ver muchas cosas, a veces cosas que incluso los libros no pueden hacer tan bien. Son un escape puro: no hay nada como sentarse en el cine, sin ninguna otra distracción, concentrado por completo en la historia que se reproduce en la pantalla”, explica la firma.

Sin dejar a un lado lo que es la magia del cine, The Book Addicted Girl indica que “las películas son geniales, pero simplemente no tienen la misma... inclusión que tienen los libros (éstos son más complejos). Simplemente eres un observador: no estás sintiendo todo lo que siente el personaje, no estás leyendo cada uno de sus pensamientos más íntimos, todas sus dudas, miedos y esperanzas. Las películas te permiten observar todo. ¿Libros? Los libros te permiten sentir todo, saber todo y VIVIR todo. (…) No hay límites. Sin restricciones. Nada es imposible, nada está fuera de tu alcance...”.

Comentario del autor
Realmente tengo que decir algo sobre éste tema, y pienso que no se puede tratar a la ligera (o generalizar) que los libros son mejores que las películas o al contrario, independientemente si se habla de adaptaciones o no; sin embargo, el debate nos ayuda a elegir por qué consideramos una mejor que otra.
Considero que el libro debe estar en la cima por su complejidad. Si hablamos de los libros clásicos y de las “súper ventas”, resulta que sus adaptaciones fílmicas no llegan a cubrir toda la historia (y muchas veces son cambiadas por apreciación del director o guionista). Simplemente no se puede llevar de inicio a final (fidedignamente) un libro a las grandes pantallas, pero sí una película a las letras (y hasta mejorarla).

Los libros abarcan muchos aspectos (psicológicos, filosóficos) que en la comunicación visual del cine no son del todo posibles adaptarlas mientras se cuenta una historia.  

Pero por ello no digo que una película no pueda ser mejor que un libro. Éste caso es tal vez  el más difícil de encontrar cuando se habla de adaptaciones (que es la manera más fácil de criticar, pues se tienen dos elementos con características similares que tratan de comunicar lo mismo).

Una película puede ser tan mediocre o excelente como un libro, todo esto dependerá de su autor (escritor, director). Pero si vamos a la parte cultural, de lo que significa la lectura de signos (no de imágenes, como lo hacen las películas)… es mucho mejor el libro ya que es un símbolo del desarrollo y el conocimiento humano, por naturaleza se ha considerado así. A diferencia del mundo cinematográfico, que fue hecho con el objeto único de entretener. En efecto, el mundo del cine ha evolucionado, y su visión también, pero aún sigue en esa lucha entre ser más comercial que intelectual. En cambio, un libro puede ser las dos cosas, y siempre terminará siendo una fuente de conocimientos de diferente índole. Stiven Volcán.

REFERENCIAS:













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