Los cucos son una familia de
aves muy curiosas, y diversa en su taxonomía. En efecto, no es propio
generalizar el comportamiento de éstas aves. Ver (o volar) sobre un nido de
cucos seria también dar con otra especie muy diferente de aves, dado que los
cucos (una minoría) son pájaros de reproducción parasitaria, eso quiere decir
que depositan sus huevos en otros nidos. Otra característica es que se suele
dividir su comportamiento: las hay solitarias y tímidas; pero en contraste, una
especie de esta familia son los anis: sociales y extremadamente confiadas con
otras aves, e incluso seres humanos.
Ésta pequeña introducción
zoológica, abre sus alas para dar con la novela One Flew Over the Cuckoo's Nest, cuya traducción al castellano
vendría siendo: Alguien Voló Sobre el
Nido del Cuco, o Sobre un Nido de
Cucos Voló Éste; Existe un título de la misma con ausencia de sentido
estético y metafórico y es, tal vez, el más conocido de nuestra habla: Atrapado sin Salida. Escrita por el
novelista estadounidense, Kenneth Elton Kesey, mejor conocido como Ken Kesey
(1935-2001), en el año 1959 pero publicada posteriormente en 1962, ésta obra dio
inicio a su carrera de escritor y es la más representativa de su repertorio,
pues es un esfuerzo por abatir el autoritarismo y la opresión, velada por una
sociedad pasiva y riada de confusiones, alejada de la oportunidad de forjarse
así mismo (como lo diaria el filósofo Sartre) en el contexto de una falsa
civilización.
Antes de su primera publicación literaria, Kesey dio por
terminada dos novelas que nunca dieron luz, pero que se enfocaron por separado
en temas como la explotación humana, y sobre los llamados “beatnik” (estereotipo);
éste, término derivado de una calificación crítica que se le dio a los
seguidores de la Generación Beat (movimiento literario que se originó en
Estados Unidos, por un reducido número de autores que se centraron en
desarrollar una nueva narrativa experimental, orientada en lo espiritual, el
rechazo de las condiciones sociales, y la liberación en sus diversas corrientes,
entre ellas, las drogas).
Desde ese entonces, pasaron
aproximadamente 2 años para que el estadounidense escribiera Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco. Fue
por infortunio (tal vez) del tiempo y los cambios sociales que la novela de
Kesey se diera en el paso de la era post-beat, ya disminuida la fama de ésta
(ya que tuvo su impacto positivo esencialmente luego de la Segunda Guerra
mundial, hasta abarcar los años 50s), y diluida en una nueva corriente, la hippie
de los años 60s.
El autor experimentó cambios
en su entorno al escribir ésta novela; como por ejemplo, el Movimiento por los
derechos Humanos, principalmente de los afroamericanos; y fundamentalmente, la
resistencia del activismo político de los indígenas en el país. Ésta última,
impulsada en gran medida luego de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial
(momento en que 44,000 nativos sirvieron en el ejército); terminada la guerra,
los cambios que produjo en las tribus fueron negativas. Dejó como consecuencia
la discriminación (calificando a los indígenas como “jefes” de manera
despectiva, a pesar de que los rodeaba la leyenda del hombre fuerte), y la
perturbación de la economía sobre las tierras.
Pero la experiencia directa
de Kesey para Alguien Voló Sobre el Nido
del Cuco, fue servir como asistente en un centro de salud mental en Menlo
Park, California. Que bajo el manto de las noches, atendía a veteranos de las
dos guerras que paraban de forma deprimente en esos hospitales sombríos. Pero
para el joven escritor, que apenas superaría los veintitrés años de edad, fue
momento oportuno para vivir ciertos temas capitales de la Generación Beat que
resumió Ginsberg en 1982: liberación espiritual, desmitificación de las drogas,
apreciación a la idiosincrasia frente a la reglamentación, y el respeto por las
tierras, la fauna y los indígenas. Y es de resaltar que, durante su estadía con
los pacientes, él también fue voluntario en el proyecto MKUltra (un programa de
control mental de la CIA, que experimentaba drogas en seres humanos de manera
ilegal, en parte), consumiendo psicoactivos que lo hicieron coincidir con los
“enfermos”.
Alguien Voló Sobre el Nido
del Cuco
Narrado en primera persona
por uno de los protagonistas, el Jefe Bromden (mestizo entre una blanca y un
nativo), desde su visión confusa y casi onírica (por los antecedentes que tuvo:
la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente, con el abuso del gobierno contra
su padre y la etnia), describe una serie de acontecimientos que dieron emisión
con la llegada de Randle McMurphy, un hombre que carga con una acusación legal,
pero que no llegó a su término; él es trasladado a una granja de trabajo y
posteriormente (por un curioso detalle) acaba en el hospital mental donde se
desarrolla la historia. La presencia de McMurphy “perturba” desde principio a
fin la psique de los pacientes, pues él es un hombre rebelde y liberal que, por
humano que sea, también tiene sus vicios y defectos, contagiando así su
entorno. Pero el hospital mental es una institución donde predomina la
enfermera Ratched (o Gran Enfermera), antagonista que ejerce una disciplina
disimulada pero tiránica; ella es adversaria acérrima de los cambios que
acontecen.
Los personajes pueden
clasificarse de la siguiente manera: El Personal (enfermeras, doctores,
guardias, y mantenimiento), los pacientes (agudos y crónicos), y los del
Exterior (personajes que no pertenecen al hospital). Es por esa razón que el
desenvolvimiento en el espacio y contexto de la historia tiene una suerte de
“jaula”, en donde el Personal es quien mantiene la “estabilidad”, los Pacientes
son los pajaritos aprisionados, y los del Exterior: simples observadores que
participan de vez en cuando.
“One
Flew Over the Cuckoo's Nest”, es parte de una rima
infantil que puede ser tratada
alegóricamente. Como se menciona en la introducción, algunos nidos de cucos son
producto de una acción parasitaria. No todos los huevos que se incuban
pertenecen a la familia de aves que fueron en un principio. Esto da lugar a la
representación del hospital mental, una jaula que contiene nidos de cucos. Los
seres que habitan dentro de ella no son en esencia lo que se creería de ellos a
primera vista. Es un juego de apariencias, pero creado por un acondicionamiento
macabro de la sociedad de no aceptar a “los diferentes” o a quienes ven el
mundo con otro sentido. Así pues, los pajarillos que fueron depositados allí,
una vez fueron hombres con ciertas libertades.
Es una referencia casi
heroica, mítica, la llegada de “alguien” que vuele sobre el nido de cucos. Sin
duda un peregrinaje a la redención (puede que involuntario), pero que al fin y
al cabo termina siendo la formación espiritual del mencionado, que se desprende
del materialismo, de los latidos de su propio corazón. (Al igual que los
enigmas, ¿Quién sabe?, puede que ese “alguien” sea un cuco perdido que despertó
a los demás, demostrando que ellos no son su especie.)
En Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, desde un inicio, los seres no
tienen dominio de sí mismo; incapacitados de forjar una naturaleza, recurren a
la dependencia de la autoridad, una disciplina que los desnuda de la
idiosincrasia, condenándolos a permanecer en “la niebla”, donde nadie los puede
ver.
Todos los personajes, sin
excepción, son víctimas de la “desnaturalización”. Afrodescendientes que llevan
uniformes blancos, sirviendo de opresores al mismo tiempo que ellos son
oprimidos en un contexto político, social y cultural. Pacientes que padecen de
enfermedades mentales, pero que son tratados como vegetales; y otros que pueden
revertir sus males, pero que son tentativos a permanecer por siempre a observar
las paredes blanquecinas del hospital mental (y más aún, cuando se les aplica
la lobotomía). Y un personal de enfermeras y doctores (no todos) bajo una
fachada de seres mecánicos, ocultando la carne humana que tanto rechazan.
Ken Kesey utiliza (en pocas
partes) estilos surrealistas sin llegar a lo excesivo; la simbología da rienda
a interpretar temas como la libertad sexual, sin llegar del todo al lenguaje
obsceno y subversivo que es tan peculiar en algunos escritores beat. Su
narrativa es sencilla, ligera, reflexiva y humorística. Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, es una alegoría que aplica
desde el encarcelamiento de unos pobres pajaritos en una jaula, hasta una dictadura
en un país cualquiera; contada por un personaje que está en los zapatos de esa
misma historia, un mestizo que, por abarrotado de confusiones, quiere
“contemplar de nuevo el paisaje” de un mundo humano, empático y libre, pues ya
está volando sobre ese nido de cucos, ¿qué otra cosa le queda hacer?
Por último, un dato curioso
que complementa la introducción: en la mitología de las tradiciones hindúes, el
cuco es compañero (junto a otros) de Kamadeva, dios del amor y el anhelo. Y
también es símbolo de la primavera: del renacer y la juventud.
VERSIÓN
LEÍDA:
Atrapado sin Salida de Ken
Kesey, 1962
Best Sellers
Editorial Oveja Negra. 1984
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